domingo, 9 de enero de 2011

Kant en Judtschen

Con el correr de los años el predicador Daniel Andersch se había ido ganando el afecto de la comunidad francofona, la que inicialmente se había sentido violentada por la decisión real de enviar un pastor alemán en 1728/29, y comenzaba a tener más problemas con los pastores luteranos que con los inmigrantes suizos. Fue entonces cuando durante una misa de un domingo del año 1748 presentó a la comunidad a un joven recién llegado de 24 años, frente amplia y mentón anguloso, que pasaría una temporada de tres años en Judtschen. Acababa de terminar sus estudios universitarios en Königsberg y acababa de fallecer su padre y, ante un futuro incierto por delante, había decidido convertirse en preceptor particular (Hauslehrer). La posibilidad de trabajar como aydante en la enseñanza de niños campesinos era la única posibilidad que tenía un joven sin recomendaciones para iniciar una carrera académica o administrativa, pero Adersch lo había contratado para algo más que eso: debía encargarse de la enseñanza de tres de sus hijos. Además, Judtschen se ofrecía como una buena posibilidad: una comarca próspera, ubicada no demasiado lejos de Königsberg. En casa del pastor se hablaba alemán, pero el contacto con la comunidad se le presentaba como una buena forma de prtacticar el francés. Estrechó vinculos con los colonos al punto de convertirse en padrino de bautismo de dos niños: Samuel Challet, hijo del profesor de la escuela de Judtschen y David Pernoud. Varios miembros de la familia de este último actuaron como padrinos de bautismo de Madelaine Voullieme en 1732 y de Louise Voullieme en 1766. Andersch no debe haber sido un gran teólogo pero el contacto con el culto calvinista debe haber marcado al joven filosofo. Dadas las diferencias teológicas entre ambos cultos -diferencias que habían conducido por largo tiempo a la iglesia reformada a advertir a sus miembros que no debían jurar fidelidad en la Universidad de Königsberg - resulta muy significativio que Kant haya aceptado convertise en padrino. Jean Jacques Vuilleme había muerto hacía 6 años, siendo un hombre de 75. Su hijo Abraham, de 39, era profesor de la escuela rural de Stobricken y con seguridad debe haber entablado más de alguna conversación o intercambio de información didáctica con el joven preceptor.

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